Es el nombre de la pequeña niña que a pesar de tantas adversidades de la vida me regreso la luz que pensé que había perdido por completo. Todo esto empezó desde que yo tenía 9 años recién cumplidos, vivía en la ciudad de Medellín y tenía una visita de las más especiales de toda mi vida que era la de mi abuelo quien fue a pasar la fecha de mi cumpleaños junto a mí y la familia. Mi abuelo vivía en la ciudad de Cúcuta, nosotros desde que teníamos uso de razón nos habíamos criado junto a él, era nuestro alcahueta por decirlo así, la persona que más valores nos enseñaba, era un hombre que tenía demasiados principios pero también a la vez era una persona muy rígida y mani dura.
Pasaron los días y mi abuelo ya tenía que viajar, pues tenía la casa sola y también necesitaba estar allí, a mí me dio mucha tristeza pues el tiempo con mi abuelo siempre era muy perfecto, además íbamos a pasar demasiado tiempo lejos de él. Llego el día de su viaje con muchísima nostalgia y tristeza lo despedimos, nos tomamos varias fotos aun sin pensar que serían las últimas fotos al lado de él. Transcurrieron los días y mi abuelo tenía de costumbre llamarnos cada mañana para saludarnos y preguntarnos como estábamos, una noche se me dio por hacer una pijamada con una de mis mejores amigas de barrio donde yo vivía, esa noche ellas se quedaron a dormir en mi casa, jugamos, cenamos y nos divertimos demasiado. A la mañana siguiente ya en el momento que estábamos desayunando, llego la mama de mi mejor amiga Evelin a preguntar como estábamos y que tal la habíamos pasado, en ese momento mi mamá salió un poco asustada pues tenía varias llamadas perdidas de mi tío que vivía en Cúcuta, yo la verdad con lo inocente que era no le preste tanta atención. En un momento mi mama cuando salió le dijo a la mama de mi mejor amiga, “Parce mi papa” yo me alarme un poco pues se trataba de mi abuelo de prácticamente la luz de mis ojos. Ese día precisamente era domingo y yo me estaba preparando para hacer mi primera comunión, mis amigas y yo nos organizamos y me acompañaron a la catequesis que tenía esa mañana, mi mama quedo en casa, yo estaba un poco preocupada pues no sabía que estaba ocurriendo. Paso la mañana y se terminó la catequesis, al llegar a mi casa mi mamá estaba un poco desanimada, nos dijo que hiciéramos maleta que nos íbamos de viaje, como estábamos precisamente en fecha de semana santa, me alegre un poco pensando que íbamos para Cúcuta a pasar tiempo con mi abuelito. Ella nos dijo que si, que íbamos para Cúcuta pero jamás nos contó el por qué. Llegamos a Cúcuta y cuando íbamos en el taxi de camino a casa de mi abuelito mi mama nos contó que él había sufrido un accidente y estaba en la clínica, pero que se pondría bien. Mi hermano y yo nos desanimamos muchísimo pues teníamos miedo de que mi abuelito se nos fuera en una gran parte de nuestra infancia. Pasaron varios días y nosotros nos estábamos quedando en casa de mis primitos, pues desde muy pequeños mi abuelito nos crió juntos, cada día que pasaba era algo muy fuerte pues mi mama ni mi tío nos daban respuesta de como seguía mi abuelo y muchísimo menos nos decía si se iba a recuperar o no.
Un día mi mamá nos dijo a mi hermano, a mis primitos y a mí que le hiciéramos una carta a mi abuelito para leérsela y que pudiera recuperarse mucho más rápido, los días pasaron y mi abuelito no se recuperaba, una noche mi mama recibió una llamada de la clínica donde les toco irse de urgencias pues se había agravado, a la mañana siguiente recibí la dolorosa noticia de que mi abuelito había fallecido, fue algo demasiado triste pues el motivo de mis alegrías, mis risas y demás se me había ido para siempre.
4 Añitos después de la muerte de mi abuelito, me enteré que mi mamá estaba en embarazo, al principio no me había gustado tanto la noticia, pues con el novio de mi mama casi nunca me la había llevado tan bien que digamos, en ese tiempo también estaba muy rebelde, quería hacer lo que se me daba la gana, y no le hacía caso a mi mamá. Un día mi tía me regalo una boleta para ir a un retiro espiritual, yo me anime y fui. Llegue demasiado emocionada, feliz y sobre todo había borrado las ganas de no querer a ese bebe que venía en camino. Pasaron los meses mi mama por fin tuvo su eco grafía para saber que sexo era el del bebe, cuando de repente me entero que es una niña. Mi expresión no fue la mejor y la reacción sí que menos, ya que siempre había sido la niña de mami y a l ver que mucha gente me decía que ya “ME HABÍAN QUITADO EL TRONO” fue algo un poco molesto para mí, así que esa rabia que había tenido antes de ir al retiro regreso, en el embarazo de mi mama tuvimos muchísimos problemas y aun así no sabía que ese embarazo era un poco riesgoso ya que mi mama presentaba un quiste en el ovario izquierdo. Pasaban los meses y ya prácticamente se tenía una fecha para el nacimiento de la bebé, por una parte un día que estábamos conversando mi mama y yo, estábamos hablando del nombre para ella, yo le dije que Valeria me encantaba mucho y me gustaría que fuera ese, a mi mama también le encantó y por ende ese fue el nombre elegido para la bebé. Mis amigos y familiares me molestaban mucho pues al ver de que esa rabia que al principio me había nacido ya se estaba yendo y ya me sentía prácticamente feliz de su llegada, poco a poco veía como Valeria se movía en la pancita de mi mama y me causaba mucha nostalgia y felicidad pues no sabía que reacción iba a tener al tenerla en mis brazos y que un día de repente me llamara, “HERMANA” faltando pocos días para el nacimiento de la bebé volvieron los problemas con mi mama, la rebeldía que tenía era impresionante, precisamente estaba en una comunidad la cual era a la que yo había asistido al retiro y era misionera ahí y me estaba preparando para consagrarme, esa noche fue un 12 de diciembre de 2014, sentí muchísima felicidad pues mi mama había asistido a la eucaristía y ya faltaban 7 días para el nacimiento de Valeria, el nacimiento de ella iba a ser en Venezuela pues el papá de ella lo había decidido así, mi mamá tenía que madrugar para ir a la clínica pues el parto era a las 6 casi 7 de la mañana, en esa noche mi mamá nos pidió que por favor nos portáramos bien y le había pedido a una amiga que era vecina de toda la infancia que por favor esa mañana en que nacía la niña, me llevara a mí para poderle llevar unas cositas y sobre todo conocerla.
¡Y POOOOR FIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIN SE LLEGÓ EL DÍA! Ese 19 de diciembre a las 8:35 de la mañana nació NICOLLE VALERIA CAMACHO VELASCO, ese día prepare la casa y me levante un poco asustada pues no tenía comunicación con mi mama y quería saber cómo había salido todo, precisamente hable con la amiga de mi mama y me dijo que gracias a Dios todo había salido muy bien, que las os estaban bien gracias a Dios y que mi hermanita ya había llegado al mundo, yo me sentía demasiado feliz aun con todo lo que había que tenido que lidiar mi mama conmigo en el embarazo de ella, pero aun así estaba demasiado contenta y no veía las ganas de verlas. Ese día me organicé muy temprano, arreglé la casa y ya me sentía lista para ir a visitarlas y conocer a la nueva integrante de la familia. El camino hacia la clínica no fue tan fácil pues tuvimos que agarrar un bus en el cual nos tocó irnos de pie y sobre todo había un trancón demasiado gigante, pero eso no era impedimento para la felicidad que cargaba en ese momento. Por fin llegamos a la clínica y ya tenía los pelos de punta, llegamos y de una vez nos entraron a la habitación donde tenían a mi mamá pero adivinen que… ¡NO TENIAN A VALERIA AHÍ! Fue un poco molesto para mí, saludé a mi mamá y lo primero que hice fue preguntarle por la bebé, que donde la tenían, resulta pasa y acontece que vale había nacido con hipotermia y la tenían en incubadora, paso media y hora y POR FIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIN, entraron a la bebé a la habitación, un nudito muy fuerte se me hizo en la garganta, sentí unas ganas de llorar completamente impresionantes, pero eran lágrimas de alegría, en el momento que me la mostraron y la pude cargar fue el momento ¡MAS HERMOSO QUE HE SENTIDO EN TODA MI VIDA! En el momento que la tenía alzada soltó una breve sonrisita que me mato completamente, les juro que quedé completamente enamorada de esa niña. Los días pasaron ya nos encontrábamos en la casa, resulta que días antes yo le había hecho una pancarta de bienvenida a las dos y precisamente se lo había organizado en la habitación de ellas, mi mamá se sintió muy feliz al ver eso y me dio las gracias de parte de las dos. Pasaron meses y Valeria iba creciendo, me consideraba la hermana más feliz del mundo, pues cada que amanecía no veía la hora de ir y estar ahí acostada con ella, alzarla, hacerla reír, cambiar pañales ja, ja, ja y sobre todo de cuidar y protegerla en cada momento que se me presentaba. Fue así como de una sola rabia y unos celos tontos empecé a entender que la vida te quita personas muy grandiosas de tu vida, que quizás en ciertos momentos son tu más grande apoyo y tu mayor motivación, pero también te renueva el alma, la vida y el corazón mandándote personas que sin pensarlo se convierten en tu mayor alegría. Hoy Valeria tiene 3 añitos esta próxima a cumplir sus 4 años, y ha sido uno de los más grandes retos de mi vida afrontar cada momento y aventura que se me presenta con ella, cada día al despertar siento una gran alegría y un luz muy radiante que me dice, “HERMANITA DESPIERTESE O HERMANITA BUENOS DÍAS”. Sé que si un di la vida me pone un reto gigante de dar mi vida por ella lo haría, pues sin duda alguna sé que mi abuelito desde el cielo me la mando para sentir esa gran compañía que él me daba, también para darme cuenta que jama estaré sola y que siempre por encima de todo tendré algún motivo por el cual luchar inalcanzable mente y que no basta una rebeldía completa para darte cuenta que la bendición que Dios y la vida te están mandando la tienes al frente tuyo, hoy sin duda alguna puedo decir y gritar al mundo entero y sin ninguna rabia, rencor o vergüenza, que esa niña es MI VIDA Y QUE GRACIAS A ELLA SALÍ DE LA OSCURIDAD EN LA QUE ESTABA, ESA MONA LE DIO LA LUZ QUE MI CAMINO NECESITABA COMPLETAMENTE.
FIN.